*Narra Vee*
Noté
cómo la oscuridad nos tragaba para luego volverse una gran luz.
Caímos en lo que parecía un bosque, no me lo podía creer.
-Nora,
pellízcame, esto tiene que ser un sueño-me giré hacia ella pero se
había desmayado- ¿Eh? -no solo ella se había desmayado, todos lo
estaban- ¿Yo también lo habré estado? ¿Pero qué...?
No
estábamos en una habitación ni en nada parecido, me levanté me
dolía el cuerpo entero. Al parecer habíamos caído desde bastante
alto. Lo raro, es que no me había hecho ningún moratón o alguna
herida. Caminé un poco, estudiando el paisaje que nos rodeaba. El
suelo era de un color familiar, parecido al de las mesas del
instituto. Todo estaba rodeado de árboles enormes, ni siquiera podía
ver el final del bosque. Me alejé del resto para intentar encontrar
una salida. Parecía que no se va a acabar nunca.
Cuando
se me acabó la paciencia, me di la vuelta y me choqué con algo,
cayendo de culo y raspándome la parte de mi mano que no cubren los
guantes.
-¡AHHHH!
-grité, era una cucaracha gigante, juraría que dos veces yo.
Me
levanté sin pensarlo y me marqué uno de mis “Usain Bolt”,
aunque los que yo me marcaba hace unos años son lentos en
comparación con este.
Tenía
que encontrar a los demás y advertirles de qué cosas viven en este
bosque. Esa cosa me estaba persiguiendo, aceleré. Cansada y
jadeando, llegué dónde estaban todos, al menos ya estaban
despiertos.
-Menos
mal, Vee -dijo Yukari- estábamos preocupados.
-¡¡Corred!!
Esa cosa viene para acá -todos me miraron con cara de drogados-.
-Vee,
me duele la cabeza, no grites-dijo Dan asqueado, ignorándome-.
La
cara de mis amigos cambió drásticamente, por un segundo se quedaron
paralizados pero de repente empezaron a correr.
-Perfecto,
nos ha alcanzado-giré la cabeza estaba a pocos metros de mi. Volví
a correr, no los alcanzaba, me di la vuelta en un intento de acto de
valentía y extendí mi mano, lo que ocurrió no sé muy bien cómo
explicarlo. Al rato, alcancé a los demás. Parecían preocupados.
-¿Dónde
han podido ir? -dijo Sitka- A ver, mantened la calma, -decía Nora
intentando calmarlos- no habrán ido muy lejos.
-¿Qué
pasa? -dije acercándome-.
-Bueno,
al menos ha aparecido una -dijo Dan-.
-Menos
mal, Vee, te habíamos perdido de nuevo -dijo Nora abrazándome-.
-Hombre,
si salís corriendo sin mi... -dije algo mosqueada- ¿Y Yui?
-Se
ha separado también -dijo Yukari cruzada de brazos-. Teníamos
pensado ir a buscaros.
En
ese momento dos sombras se acercaron una en brazos de la otra.
-¡Nyeeeee!
Noté
algo de nostalgia al escuchar eso pero no entiendo el porqué.
-¿Qué
mierda vive en ese lugar? -dijo Dan-.
-A
saber... -dijo Sitka mientras comenzaba a andar-.
Aún
pienso en lo que pasó con la cucaracha, pero no es el momento para
pensar cómo la freí. El objetivo ahora es encontrar a Yui.
*Narra
Xross*
La
guerra había acabado pero mi propia guerra acababa de comenzar ¿qué
tiene de malo salvar a uno? Ayudo a un país y otro me da la patada.
Estaba condenado al exilio pero un día apareció una pequeña
salida, un trabajo que me libraría de ello.
-¿Te
interesa? -dijo esa persona-.
-Depende,
¿pagan? -le miré, algo hacía que no me fiara de él-
-Más
de lo que puedas desear- entrelazó sus dedos mientra apoyaba los
codos en la mesa-.
-A
lo mejor podemos llegar a un acuerdo.
Esa
persona me dió una nota. “30
de Diciembre, 2020. 15:00 Hotel Matryoska -M”
No
sé si arrepentirme o no del simple hecho de haberme presentado allí
o de la respuesta.
Ya
han pasado tres meses desde que estoy aquí, habré visto masacres
pero nunca me he sorprendido tanto como la vez que vi el portal.
Empecé a sospechar algo cuando me dirigía al sótano de la mansión
pero por una vez, mi instinto falló ¡Menos mal! Creí que era uno
al que le gustaba el rollo sadomasoquista... Pero eh, que sería yo
el que le diera lo suyo en todo caso, mi trasero es sagrado.
Ahora
me dedico al espionaje, a mantener al reino del este informado.
Techo, comida, y una buena paga. Aquí no tengo antecedentes ni nadie
me mira, soy una sombra.
-Ah...
-suspiré haciendo la ronda- Este bosque siempre es aburrido -Fenris
me avisó de que se había abierto un hueco espacio-temporal por la
zona, no entendí nada, como siempre lo explicó tan rápido y con
una forma tan complicada que solo me dediqué a cumplir la orden “Ve
al bosque a investigar”.
-¡AHHHH!
-escuché un grito, me acerqué a la zona. Solo vi a uno de esos bichos de por aquí, nada interesante.
Tras
un largo rato allí sin encontrar nada, solo huellas de personas en
uno de los claros del bosque. Era extraño, solo había una
dirección, un puedo de partida desde el claro y se adentraba dentro
del bosque. En fin, los habitantes de este sitio están algo mal de
la cabeza.
De
vuelta al castillo vi algo bastante divertido, alguien había cocido
uno de esos bichos. Todavía se notaba el calor, o esa persona lo
hizo con ganas o tiene un buen poder. Fenris estaba en la biblioteca ojeando cuatro libros a la vez, no comprendo cómo lo
hace. Hay algunos en idiomas que no conoce prácticamente nadie.
-¿Encontraste
algo? -giró sus ojos hacia mi sin llegar a mover su cabeza.
-Poca
cosa, la verdad.
-Estoy
seguro que han venido desde la Tierra, al igual que tú-¿qué?¿humanos
aquí? Miré a Fenris con una cara extraña- Diría que no solo ha
venido uno, esta vez serán más.
Me
di la vuelta, tenía que hablar con el que desde luego, era el
culpable de esto.
-¿A
dónde vas? -preguntó Fenris al ver que le dejaba en la palabra en
la boca-.
-Dónde
necesito ir.
*Narra
Yui*
No
sé en qué momento me separé, la cosa es que ese monstruo no me
persigue ya, eso es una buena noticia. Lo malo es, ¿cómo les
encuentro?
-Virtuosa
señorita, ¿querrías pasar un rato conmigo? -la voz era vieja, un
escalofrío recorrió mi espalda-.
Me
giré y me sorprendí al ver a la persona que tenía por delante.
Continuará...
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