¡Hola!
Estoy escribiendo ideas para esto, parece que fluye de nuevo en mi las ganas de publicar. Pero eso no es lo que toca ahora. Vamos a hablar un pelín, en este caso, como bien he escrito en el título *va a comprobarlo por si acaso*, vamos a hablar de Ore Monogatari. Mejor dicho de su adaptación al anime.
Cuando llegó a mis oídos este anime por Twitter, me sorprendí bastante y es que quién se espera que Gouda Takeo (nuestro protagonista) sea un tío de dos metros, con los labios gruesos y muy corpulento.
La verdad es que me pareció buena manera de romper con los tópicos.
Aquí empiezan los spoilers, si no quieres ver algo que no quieras leer, por favor, no te detengas a leer esta entrada. No quiero spoilear a nadie y menos que ponga algún comentario negativo.
La serie empieza con muy buen pie, con un protagonista con una personalidad entretenida y un amigo callado (bastante guapo hay que añadir) que siempre le acompaña.
El encuentro con Yamato Rinko, que es el desencadenante al romance está bien. Lo que me echó algo para atrás y provocó que parara de ver la serie por un tiempo fue la relación "Lovey-Dovey".
Era empalagoso hasta decir basta. Soy amante del romance, pero este caramelo era demasiado dulce.
Muchos capítulos centrados en cómo se quieren nuestros protagonistas sin mucho contenido, sin dar un paso más en la historia. Porque... Como en todo buen shoujo, el tema de dar la mano ya es un problema (eh, Orange, madre mía...). Perdón por el último comentario, si has visto o leído Orange, otra obra de la que debería hacer una reseña, entenderás esto.
Es que una cosa es que los dos nunca hayan estado con nadie y otra cosa es esto. Madre del amor hermoso.
Pero no todo lo que voy a decir es malo. La serie me ha gustado aún con esas cosillas, que puede que a mi me parezcan mal, pero puede que a otros les guste. Yo no soy quién para decidir qué le gusta a cada uno.
Hubo momentos a lo largo del anime que me encantaron, no solo la escena final, que me llegó, sino otras escenas que me han hecho reír más que Suna con Takeo. Por ejemplo, quedé completamente marcada con la escena del árbol y Takeo. Hice un pantallazo a mi ordenador incluso, fue muy divertida.
Para terminar, como conclusión añadiría que recomiendo la serie si quieres pasar un rato agradable conociendo a uno de los personajes más nobles y que más se implica por los demás que he visto.
En fin, no sé qué más decir, he escrito todo esto en caliente y bueno, no he tenido tiempo ni de meditarlo. No creo que mi opinión cambie demasiado aún leyéndola cuando esté ya mucho más calmada (aunque eso es imposible, porque como me calme más, alcanzo el nirvana).
Espero que os haya gustado la entrada, aunque sea corta. Os veo en nada porque pienso pasarme escribiendo mucho más tiempo, no porque esté enferma, sino porque ahora sé que es algo que me apasiona hacer.
Estoy escribiendo ideas para esto, parece que fluye de nuevo en mi las ganas de publicar. Pero eso no es lo que toca ahora. Vamos a hablar un pelín, en este caso, como bien he escrito en el título *va a comprobarlo por si acaso*, vamos a hablar de Ore Monogatari. Mejor dicho de su adaptación al anime.
Cuando llegó a mis oídos este anime por Twitter, me sorprendí bastante y es que quién se espera que Gouda Takeo (nuestro protagonista) sea un tío de dos metros, con los labios gruesos y muy corpulento.
La verdad es que me pareció buena manera de romper con los tópicos.
Aquí empiezan los spoilers, si no quieres ver algo que no quieras leer, por favor, no te detengas a leer esta entrada. No quiero spoilear a nadie y menos que ponga algún comentario negativo.
La serie empieza con muy buen pie, con un protagonista con una personalidad entretenida y un amigo callado (bastante guapo hay que añadir) que siempre le acompaña.
El encuentro con Yamato Rinko, que es el desencadenante al romance está bien. Lo que me echó algo para atrás y provocó que parara de ver la serie por un tiempo fue la relación "Lovey-Dovey".
Era empalagoso hasta decir basta. Soy amante del romance, pero este caramelo era demasiado dulce.
Muchos capítulos centrados en cómo se quieren nuestros protagonistas sin mucho contenido, sin dar un paso más en la historia. Porque... Como en todo buen shoujo, el tema de dar la mano ya es un problema (eh, Orange, madre mía...). Perdón por el último comentario, si has visto o leído Orange, otra obra de la que debería hacer una reseña, entenderás esto.
Es que una cosa es que los dos nunca hayan estado con nadie y otra cosa es esto. Madre del amor hermoso.
Pero no todo lo que voy a decir es malo. La serie me ha gustado aún con esas cosillas, que puede que a mi me parezcan mal, pero puede que a otros les guste. Yo no soy quién para decidir qué le gusta a cada uno.
Hubo momentos a lo largo del anime que me encantaron, no solo la escena final, que me llegó, sino otras escenas que me han hecho reír más que Suna con Takeo. Por ejemplo, quedé completamente marcada con la escena del árbol y Takeo. Hice un pantallazo a mi ordenador incluso, fue muy divertida.
En fin, no sé qué más decir, he escrito todo esto en caliente y bueno, no he tenido tiempo ni de meditarlo. No creo que mi opinión cambie demasiado aún leyéndola cuando esté ya mucho más calmada (aunque eso es imposible, porque como me calme más, alcanzo el nirvana).
Espero que os haya gustado la entrada, aunque sea corta. Os veo en nada porque pienso pasarme escribiendo mucho más tiempo, no porque esté enferma, sino porque ahora sé que es algo que me apasiona hacer.
Un saludo,
Yukari Masamune.
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