miércoles, 3 de mayo de 2017

"Bienvenidos a Aluion" Capítulo IV

*Narra Vee*
Noté cómo la oscuridad nos tragaba para luego volverse una gran luz. Caímos en lo que parecía un bosque, no me lo podía creer.

-Nora, pellízcame, esto tiene que ser un sueño-me giré hacia ella pero se había desmayado- ¿Eh? -no solo ella se había desmayado, todos lo estaban- ¿Yo también lo habré estado? ¿Pero qué...?

No estábamos en una habitación ni en nada parecido, me levanté me dolía el cuerpo entero. Al parecer habíamos caído desde bastante alto. Lo raro, es que no me había hecho ningún moratón o alguna herida. Caminé un poco, estudiando el paisaje que nos rodeaba. El suelo era de un color familiar, parecido al de las mesas del instituto. Todo estaba rodeado de árboles enormes, ni siquiera podía ver el final del bosque. Me alejé del resto para intentar encontrar una salida. Parecía que no se va a acabar nunca.

Cuando se me acabó la paciencia, me di la vuelta y me choqué con algo, cayendo de culo y raspándome la parte de mi mano que no cubren los guantes.

-¡AHHHH! -grité, era una cucaracha gigante, juraría que dos veces yo.

Me levanté sin pensarlo y me marqué uno de mis “Usain Bolt”, aunque los que yo me marcaba hace unos años son lentos en comparación con este.
Tenía que encontrar a los demás y advertirles de qué cosas viven en este bosque. Esa cosa me estaba persiguiendo, aceleré. Cansada y jadeando, llegué dónde estaban todos, al menos ya estaban despiertos.

-Menos mal, Vee -dijo Yukari- estábamos preocupados.

-¡¡Corred!! Esa cosa viene para acá -todos me miraron con cara de drogados-.

-Vee, me duele la cabeza, no grites-dijo Dan asqueado, ignorándome-.

La cara de mis amigos cambió drásticamente, por un segundo se quedaron paralizados pero de repente empezaron a correr.

-Perfecto, nos ha alcanzado-giré la cabeza estaba a pocos metros de mi. Volví a correr, no los alcanzaba, me di la vuelta en un intento de acto de valentía y extendí mi mano, lo que ocurrió no sé muy bien cómo explicarlo. Al rato, alcancé a los demás. Parecían preocupados.

-¿Dónde han podido ir? -dijo Sitka- A ver, mantened la calma, -decía Nora intentando calmarlos- no habrán ido muy lejos.

-¿Qué pasa? -dije acercándome-.

-Bueno, al menos ha aparecido una -dijo Dan-.

-Menos mal, Vee, te habíamos perdido de nuevo -dijo Nora abrazándome-.

-Hombre, si salís corriendo sin mi... -dije algo mosqueada- ¿Y Yui?

-Se ha separado también -dijo Yukari cruzada de brazos-. Teníamos pensado ir a buscaros.

En ese momento dos sombras se acercaron una en brazos de la otra.

-¡Nyeeeee!

Noté algo de nostalgia al escuchar eso pero no entiendo el porqué.

-¿Qué mierda vive en ese lugar? -dijo Dan-.

-A saber... -dijo Sitka mientras comenzaba a andar-.

Aún pienso en lo que pasó con la cucaracha, pero no es el momento para pensar cómo la freí. El objetivo ahora es encontrar a Yui.

*Narra Xross*
La guerra había acabado pero mi propia guerra acababa de comenzar ¿qué tiene de malo salvar a uno? Ayudo a un país y otro me da la patada. Estaba condenado al exilio pero un día apareció una pequeña salida, un trabajo que me libraría de ello.

-¿Te interesa? -dijo esa persona-.

-Depende, ¿pagan? -le miré, algo hacía que no me fiara de él-

-Más de lo que puedas desear- entrelazó sus dedos mientra apoyaba los codos en la mesa-.

-A lo mejor podemos llegar a un acuerdo.

Esa persona me dió una nota. “30 de Diciembre, 2020. 15:00 Hotel Matryoska -M”
No sé si arrepentirme o no del simple hecho de haberme presentado allí o de la respuesta.
Ya han pasado tres meses desde que estoy aquí, habré visto masacres pero nunca me he sorprendido tanto como la vez que vi el portal. Empecé a sospechar algo cuando me dirigía al sótano de la mansión pero por una vez, mi instinto falló ¡Menos mal! Creí que era uno al que le gustaba el rollo sadomasoquista... Pero eh, que sería yo el que le diera lo suyo en todo caso, mi trasero es sagrado.

Ahora me dedico al espionaje, a mantener al reino del este informado. Techo, comida, y una buena paga. Aquí no tengo antecedentes ni nadie me mira, soy una sombra.

-Ah... -suspiré haciendo la ronda- Este bosque siempre es aburrido -Fenris me avisó de que se había abierto un hueco espacio-temporal por la zona, no entendí nada, como siempre lo explicó tan rápido y con una forma tan complicada que solo me dediqué a cumplir la orden “Ve al bosque a investigar”.

-¡AHHHH! -escuché un grito, me acerqué a la zona. Solo vi a uno de esos bichos de por aquí, nada interesante.

Tras un largo rato allí sin encontrar nada, solo huellas de personas en uno de los claros del bosque. Era extraño, solo había una dirección, un puedo de partida desde el claro y se adentraba dentro del bosque. En fin, los habitantes de este sitio están algo mal de la cabeza.
De vuelta al castillo vi algo bastante divertido, alguien había cocido uno de esos bichos. Todavía se notaba el calor, o esa persona lo hizo con ganas o tiene un buen poder. Fenris estaba en la biblioteca ojeando cuatro libros a la vez, no comprendo cómo lo hace. Hay algunos en idiomas que no conoce prácticamente nadie.

-¿Encontraste algo? -giró sus ojos hacia mi sin llegar a mover su cabeza.

-Poca cosa, la verdad.

-Estoy seguro que han venido desde la Tierra, al igual que tú-¿qué?¿humanos aquí? Miré a Fenris con una cara extraña- Diría que no solo ha venido uno, esta vez serán más.
Me di la vuelta, tenía que hablar con el que desde luego, era el culpable de esto.

-¿A dónde vas? -preguntó Fenris al ver que le dejaba en la palabra en la boca-.

-Dónde necesito ir.

*Narra Yui*
No sé en qué momento me separé, la cosa es que ese monstruo no me persigue ya, eso es una buena noticia. Lo malo es, ¿cómo les encuentro?

-Virtuosa señorita, ¿querrías pasar un rato conmigo? -la voz era vieja, un escalofrío recorrió mi espalda-.


Me giré y me sorprendí al ver a la persona que tenía por delante.
Continuará...
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